En 1948 tuvo lugar en un hogar la primera demostración de la ahora conocida marca de productos Tupperware (www.tupperware.es), unos recipientes de plástico que se cierran herméticamente y conservan los alimentos durante más tiempo. Estas demostraciones en las casas resultaron ser mucho más productivas que la venta en comercios, porque era necesaria una buena explicación que concienciase a las entonces amas de casa (hoy también amos), de las excelencias de los productos Tupperware.
Con el tiempo estos productos también están presentes en los establecimientos comerciales, pero su sistema de venta estrella por demostración sigue totalmente vigente en millones de hogares, tanto que en su web la empresa asegura que ¡¡cada dos segundos se realiza una Demostración Tupperware en el mundo!!
Sólo en España, donde la empresa está presente desde 1966, existen 5.000 "Demostradoras Tupperware" que se encargan de vender los productos, con lo que nos podemos hacer una pequeña idea del potencial de venta que puede llegar a generar el sistema.
Como quiera que en castellano la marca Tupperware se adaptó a nuestra forma coloquial de hablar (así somos los españoles), en poco tiempo pasó a ser conocida como "Taper", y con el advenimiento de los chinos, que lo copian todo, cualquier recipiente de plástico que sirva para conservar los alimentos, aunque estos se pudran por la mala calidad de dicho recipiente, también tenemos por costumbre llamarle "Taper". Es más, nunca he oído a nadie referirse a ellos como "voy a los chinos a comprar recipientes herméticos de plástico", sino más bien "voy a los chinos a comprar unos taper".
Aprovechándose de la denominación coloquial de la marca Tupperware, ahora Taper, y sobre todo de su sistema de ventas por demostración, otra empresa española, al parecer con notable éxito, pensó que igualmente hay artículos para las amas de casa (y los amos), que necesitan una buena explicación sobre sus propiedades y que, al mismo tiempo, requieren algo de intimidad para su compra y, a partir de ahora, un buen grado de complicidad. Esta empresa, que en España se llama Tapersex,aunque posiblemente su alcance también sea mundial (www.tapersex.es)se dedica a vender "juguetes" sexuales con el sistema de venta por demostración en los hogares, organizando reuniones con varias amigas que reciben convenientemente explicaciones sobre los ilimitados usos y resultados de consoladores y otros elementos por el estilo. Evidentemente, esto ha significado un gran salto cualitativo para los chinos, que son los que fabrican dichos artículos, porque así ya no tienen que esperar en sus tiendas a que vengan los clientes (como pasa con los taper), sino que son los propios clientes los que se los venden unos a otros en la inviolable intimidad de sus domicilios.
Llegados a este punto, donde hemos comprobado que el sistema de ventas por demostración parece tener más que comprobada su utilidad, quisiera plantear una nueva "empresa" que se denominase "TaperÁfrica", a través de la cual nos dedicásemos a organizar reuniones en nuestros hogares buscando dar a los asistentes las mejores explicaciones sobre el continente negro y todo lo que encierra. Claro que, si finalmente decidiéramos hacer esta empresa, tendríamos que pensar cual de las dos opciones nos convendría más, si la de emprenderla con un evidente objetivo crematístico o, por el contrario, con la solidaridad como telón de fondo.
En el primer caso haríamos una mezcla de Tupperware y Tapersex cuyo resultado nos proporcionaría, por un lado, unos magníficos beneficios mentales al ser herméticos ante lo que pasa cada día en África y no dejar que el olor de la muerte injusta y evitable inunde nuestras vidas y, por otro, podríamos plantearnos viajes charter para hacer turismo sexual con personas que están tan desesperadas que no tendrían inconveniente en "jugar" sexualmente con nosotros a cambio de un mínimo estipendio.
En cambio, si adoptamos la opción de la solidaridad en nuestra nueva visión TaperÁfrica, veremos que reunirnos en casa con amigos y amigas para hablar de África e intentar buscar soluciones (aunque nos parezcan mínimas), nos llevará a un punto de partida en nuestras vidas que tal vez habíamos olvidado, y es que vinimos al mundo para "ser humanos", y saber que estamos asistiendo a un genocidio masivo por dejación no solamente nos aleja de nuestra condición de humanos, sino que nos asimila con la peor de las bestias.
Fuera de ironías con la cuestión "taper", lo cierto es que no sé si seremos capaces de reunirnos en nuestras casas para intentar gestionar, de una manera coherente, nuestra aportación a los que nos necesitan con urgencia vital, pero lo que no debemos olvidar es que cada dos segundos en el mundo se celebra una demostración de Tupperware para aprender a conservar mejor nuestros alimentos, y no parecen existir datos estadísticos de cada cuántos segundos se celebra una de Tapersex para aprender a disfrutar del sexo. Sin embargo sí sabemos que en África cada ¡¡tres segundos!! muere un niño, o un adulto, qué importa, y lo hace sin necesidad de haber comprado recipientes protectores de alimentos porque, de lo que ha muerto, es precisamente de la ausencia de éstos. Y mueren tantos porque, en la búsqueda de una mínima posibilidad de supervivencia de la estirpe de cada familia, no tienen más remedio que reproducirse indiscriminadamente, nada más lejos de los placeres sexuales.
Por lo que más quieras, empieza hoy mismo a organizar tus propias reuniones de TaperÁfrica, o como demonios le quieras llamar, pero haz algo, el Universo te contempla.
*Quiero aclarar que no tengo nada contra estas dos empresas ni he querido manifestar en este artículo una opinión desfavorable hacia ellas, de hecho de la primera soy cliente desde hace años y de la segunda estoy viendo cómo hacerme. Simplemente las he tomado de ejemplo porque su sistema de ventas resultaría enriquecedor si lo incluimos en nuestras vidas para promocionar la ayuda urgente a África.